Queridos
en Ámense:
Una vez más nos trae a la reflexión un
hecho de importancia en Miami. Se trata de los papás de una niña que nació, en medio del Dolphin Expressway.
Al
escuchar esa noticia no pudimos menos que agradecer al creador ese milagro. Cuanto vacío experimentamos,
sin embargo, en la trasmisión de la noticia, donde los voceros de las
organizaciones de ayuda que asistieron en el lugar, referían el hecho como algo
que se dio, simplemente porque la mamá era enfermera de niños, y pudo tener la
ecuanimidad para lograr que su esposo le asistiera el parto a través de sus
instrucciones. ¡Qué ausencia de CAUSAS básicas encontramos en explicaciones
así!
Es
cierto que toda la preparación que se tenga puede contribuir a lograr lo mejor,
y en este caso todo se unió para dar a la luz, la vida de esa personita; pero,
nos preguntamos directamente ¿Podemos pensar que fue sólo el recurso atinado de
la madre? Pensemos que ya el parto natural, de por sí, es un proceso tan único
y especial, que en condiciones normales aflora en él lo incontrolable y lo
inexplicable: el misterio de la vida.
Hasta desde el punto de vista biofísico, se deben armonizar, en ese momento,
tantos procesos y factores, que hacen del hecho de nacer un acontecimiento único, con muchas probabilidades en contra
de que suceda exitosamente; sin embargo, está sucediendo así constantemente en
la vida de los humanos y en todo el reino animal. Es como si el mismo Creador
hubiera querido hacer una manifestación directa de su Amor hacia cada criatura,
en su mismo nacer. En este caso
inusual, se unieron además fuerzas contrarias que ponen aún más de relieve Su
Presencia. En efecto, el papá podía haber caído en pánico y paralizarse, ella
también, pues no es lo mismo -y lo saben todos los profesionales y técnicos de
la salud- asistir a una persona, que hacerlo con uno mismo. ¿Habías pensado en
todo eso? ¿Cómo no poner a Dios en el centro de esta realidad?.
Por
nuestra parte, nosotros estamos seguros que la Concepción y el Nacimiento
de esa criatura constituyó un Sí del Padre Creador y, cuando Él dice un Sí, éste
es mantenido ya por siempre. En El nunca se da un Si y luego un NO; y su Sí a
nuestra vida, se manifiesta de muchas formas, pidiendo de nosotros una conexión
con él, para dar una respuesta.
Aprendamos
a darle gracias a El, a detenernos en el expressway de la vida,
para hacer consciente su presencia a través de lo que nos sucede
cotidianamente, y a actuar en consecuencia con sus designios, empleando todo
nuestro saber, empeñando toda nuestra vida, en lograr el Bien que está Dado.
¡Viva
la vida!
Sara
y Alberto