Queridos en Ámense
Queremos unirnos a cada persona y sus familias en esta Celebración del Día de Acción de Gracias, y queremos también decirles que es altamente recomendable el leer con calma la Proclamación de este Día, por el presidente Washington, ahí vemos en detalles el significado propio de esta Fiesta, los hechos que dan lugar a ésta y, sobre todo, y por lo que se invita, no sólo a dar Gracias, sino también a orar. Cada año nosotros la leemos y descubrimos mucho en cada párrafo; pero este año las palabras de ese histórico documento, resuenan con mucha vigencia para Los Estados Unidos, con una apertura a todas las Naciones del mundo.
Como saben, los que nos leen de forma asidua, nuestra misión no es la da decir sólo lo bello, lo bueno, sino más bien aprovechar y disfrutar todo eso, siendo como guardianes al estar muy al tanto de los errores y bloqueos que, además de poner en peligro lo bello y bueno logrado, nos impide crecer y mejorar cada día de nuestras vidas, y hacer mejorar todo lo que nos rodea, nuestro entorno familiar y social.
Nos asombra entonces ver cómo el agradecimiento de este día aparece dirigido a un sinnúmero de gracias de cortesía, de educación, de logros, de esfuerzos, de superaciones y hasta de supervivencia; artículos, paseos, fiestas e intenciones disímiles; de modo que lo primario y esencial de este día: Agradecer a Dios, se mezcla y diluye con muchas cosas más, incluso, en las intervenciones de los medios locales se da como un rodeo verbal, para al final, de forma tímida, agradecer a Dios, pero primero se agradece a la vida, al universo, a los demás y al final, a veces, como el que no quiere las cosas, a Dios.
Así están las cosas de distorsionadas, confundidas y hasta retorcidas, mucho hay que cambiar y mucho trabajo tiene el presidente Trump y su Gabinete por delante, ya que, una vez nos saque de la miseria, nos van a tener que reeducar y reestructurar.
Si, porque la garantía de la felicidad en un pueblo se da cuando éste ha sabido escoger un gobierno que le aporte la seguridad de la vida propia y de la familia.
Al analizar la Proclamación de Thanksgiving, podemos ver que lo más importante de esta celebración lo es la libertad personal que se logra únicamente a través del vínculo de cada persona con Dios, y un gobierno que sea capaz de garantizar la libertad religiosa, donde el pueblo esté unido, no a través de una religión, sino a través del vínculo con Dios que tiene cada persona, que es anterior a la religión que profesa. Esta verdad humana común a todos está en las bases de esta celebración.
Aprendamos a ver lo que es visible para todos, no nos enredemos con lo que no lo es, con lo rebuscado, lo reinventado, lo antinatural; pues lo natural está ahí, al alcance de nuestras manos, no hay que inventarlo, ya está, no hay que arreglarlo, ya funcionó por muchos años, sólo hay que verlo, conocerlo, aceptarlo, hacerlo funcionar y amarlo.
No nos diluyamos más y no tratemos de poner en un lugar lo que no va ahí, ¡no!, eso es distorsionar, desviar, adulterar, confundir y todo esto no une, sino divide y la división en una potente semilla del mal, responsabilicémonos en el compromiso de buscar el Bien Común.
Quiera Dios que las intenciones de darles las luces de Ámense se cumplan en todos los que reciban este artículo.
Happy Thanksgiving!
Sara y Alberto
Nov. 28,
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