Por Sara Mateo
Madre, vocablo abarcador que trata de definir la superación y entrega que sólo se encuentra en una mujer.
Las mujeres somos escogidas por Dios Creador para ser las madres de la vida.
El ser madre hace que la mujer sea la creación más perfecta de Dios, abarca la sensibilidad, belleza, delicadeza; en perfecto contraste con la fuerza, la firmeza y la ciega entrega de la madre.
Cada mujer lleva dentro de sí, esta realidad que fluye, en su máximo esplendor, cuando podemos ser puentes de vida.
El ser mujer es ya un hecho maravilloso, pero cuando en ella florece la maternidad, que todas llevamos dentro, que fluye a lo largo de nuestras vidas de manera natural y espontánea, entonces estamos en presencia del misterio más asombroso de Dios.
Madre es entrega, supera la inexperiencia, los errores, está por encima de los prejuicios y los juicios, todo fluye dentro de la mujer, los desvelos, los sacrificios, salen de ella naturales, pues la fuerza del amor materno está ahí en nosotras como valiosa herencia de María Santísima.
La maternidad está por encima del agotamiento, cuando creemos que no podemos más, la fuerza del amor materno aparece y superamos, cuando creemos que no podremos sufrir más, la fuerza del amor materno aparece y superamos.
Mujeres todas, no desperdiciemos este Don, este privilegio único de nosotras, que no puede dejarnos indiferentes, aceptemos con paz todo reto de la vida materna, nonecesitamos que otros entiendan, no necesitamos que otros nos valoren, ni publicarnos, ni competir con otros roles, el nuestro es capaz de superarlo todo.
Sólo ejerciendo nuestra maternidad, como a cada cual le sea posible, será que lograremos el éxito de vida, la independencia, la libertad, la felicidad, sólo así podremos ser “empoderadas”, bellas, inteligentes, podremos desarrollar y realizar talentos y capacidades en nuestras vidas, una vez que hayamos cumplido con la primera y más importante misión de vida, el ser madre, sea de la forma que sea, cuando seamos capaces de dar frutos, sin bloquear nuestra maternidad dándole etiquetas que no la dejan fluir, sólo entonces, podremos realizar todo el caudal de nuestras vidas.
Seamos firmes en realizar la misión más abarcadora y sublime de la vida para la que fuimos elegidas, lo que nos confiere la dignidad más elevada y sublime.
El Ser:
¡Mujer — Madre!
“Felicidades a todas las madres, a las que aún estamos aquí en la tierra y a las que ya partieron, dejando sus frutos para el Bien común de la vida”.
Sara y Alberto Ámense®
Educadores para un vivir Integrado.
Hialeah, Fl
11 de Mayo, 2025