Siempre consideramos que los cambios y situaciones sociales, sean grandes o pequeños, son de importancia; no sólo por el sentido de pertenencia al país donde vivimos, o a este mundo, sino, por las enseñanzas que recogemos, y porque éstos nos ayudan también a reflexionar y a discernir, para mejor orientarnos; teniendo como base la Luz de esta sabiduría de Vida que es Ámense, tanto por su teoría, como por la comprobación práctica que se da en nuestras vivencias, al interactuar con las realidades que nos circundan y que nos llegan a diario.
Pues bien, estamos detectando un hecho que quizá para muchos sea inapreciable y, para algunos, no sea significativo; pero en Ámense, donde aprendemos a ver quizá más allá de lo cotidiano, encontramos unos datos claros y una llamada de alerta. No en balde Ámense se forjó, como un aprendizaje de vida, desde el fogueo de la búsqueda por mantenernos en la verdad que libera, dentro de una Cuba tiranizada, donde se llevaban a cabo múltiples manipulaciones, para lograr los cambios que le convenía al gobierno, sin que estos fueran percibidos por el pueblo en su mayoría... Con tantas carencias y problemas, era difícil seguir el hilo, a tan constante y sistemático bombardeo de desinformación, que sólo engendra desorientación, miedo y parálisis: la tierra fértil para que pululen más y más los engaños, las divisiones y toda forma de freno al crecimiento de la Vida.
Aquí en este país, que es en estos momentos el nuestro, y el de muchos, estamos viendo con sorpresa y temor cosas un poco parecidas -evidentemente bajo otros signos, pero con una esencial semejanza- y, concretamente, el hecho que nos trae a esta reflexión, lo es que poco a poco, sin que nos demos cuenta, se está cambiando más y más, no sólo ya el significado, sino también la fecha de la Navidad: Se trata de la celebración del Nacimiento de Jesús; evento de tradición verdadera y luz fundamental para orientarnos en este mundo hacia el Bien Creado del que formamos parte. Sabemos, los que crecimos en una sociedad falseada y desintegradora; que cuando llegan a moverse las fechas tradicionales, ya se han agredido y movido los valores mismos asociados a esas Fiestas, y se van cambiando, paulatinamente, hasta que han llegado a extinguirse como tales, en los regímenes que desplazan la autoridad del Creador y del Rey de la Historia. Esto sucedió en nuestra tierra cubana, por los desvíos de cambios hacia "nuevos ideales" primero; por represión directa más tarde, terminado en el vacío de la extinción; al desaparecer La Navidad y todas sus festividades, totalmente, del calendario y de la vida social, llegando este vacío a minar, los ámbitos familiares y hasta personales. Ahora ya, aunque ha sido decretada otra vez la Navidad allí como "día feriado", ya el daño está hecho, y es muy difícil resanar, más aún si "el modelo" de sociedad que admiramos los cubanos en su mayoría, está teniendo características muy parecidas al supuestamente superado "ateísmo".
Puede ser coincidencia, o un problema de percepción; pero no podemos dejar de comentar, con cierta reserva, que desde que estamos en este país hace 12 años, no habíamos visto moverse la fecha de Navidad tanto como en los últimos cinco o seis años; y en éste, ya estamos viendo que no es después de Thanksgiving que comienza la Navidad, sino que ya desde antes de esta fiesta Nacional, casi que desde Halloween, ya en muchos sitios físicos y virtuales, sobre todo en comercios grandes, se sacaron los adornos de Navidad, y así vemos que ya nos saludamos con "felices Fiestas" y, en muchas casas se pusieron los adornos... Pero lo más desconcertante -y hasta doloroso- lo es percibir el silencio, la acción solapada... sin darnos cuenta que al comenzar antes, se va acortando el verdadero Tiempo de Navidad y, si el año pasado comenzó después de Thanksgiving y se empezaron a eliminar los adornos -todavía en su mayoría- después del 31 de diciembre, este año pueden más personas quitar el ambiente de fiesta el día 26 o el 25 mismo; y así... ¿Que sucederá el año próximo con la Navidad?
Un signo más y, no menos importante, que hace crecer nuestra necesidad de expresar este sentir, lo es la voluntad manipuladora que podemos captar en las opiniones mediáticas, al comentar hechos y publicaciones de la Iglesia Católica (que es en definitiva donde se origina y se expande el celebrar la Navidad); dando la impresión que hasta ésta cae en esa relativización de La Fiesta Cristiana; específicamente nos referimos a las alusiones noticiosas sobre el nuevo libro del Papa... Este aún no se ha presentado públicamente, se hará precisamente antes de la Navidad; pero cae ahora como una "leña al fuego" en USA, destacando tanto, algo que desde siempre es sabido: que las fechas de celebraciones litúrgicas todas, incluida la Navidad, no son necesariamente correspondientes a los días exactos en los que ocurrieron los hechos que se celebran... Pero el Papa mismo, no parece darse cuenta del mal que se pudiera propagar a raíz de su propia publicación, hecha, sin duda con la mejor de las intensiones... y, mientras se discute si Jesús nació o no un 25 de diciembre, muchos de los fieles que pueden hasta ser activos en nuestras Iglesias y, son dueños de comercios, por ejemplo, se ven enrolados en la competencia y también adornan y comercializan por la Navidad, antes de tiempo, sin prepararse para celebrarla. ¿Hay alguien capaz de dar TESTIMONIO claro y lúcido de la verdad? ¡No lo estamos viendo!
Y, como un detalle final, hace unos días recibimos -por varias vías- uno de esos e-mails que, por lo general NO los re-enviamos por carecer, en nuestra opinión, de un verdadero rigor- a pesar de ser algunos muy bellos; y que, por otra parte, no siempre pueden ser creíbles, por lo que no solemos hacemos eco de ellos; sin embargo éste último hablaba de un anillo que el actual Presidente de USA luce en uno de sus dedos por más de 30 años, desde antes de casarse con Michele -y lo muestra en fotos- y que lo lleva puesto, según el artículo, desde muy joven en sus años de estudios en la Universidad, cuando vivía con un roommate de nombre Hasan Chandoo, y lo muestran en fotos, y el anillo tiene una inscripción minúscula en árabe que traducido dice: "No existe Dios fuera de Alá". Esto pudiera no ser verdad, pudiera, incluso, ser mal intencionado, la creación de "una bola" -como decimos en Cuba- , o un rumor que alguien echó a rodar, no sabemos con qué objetivos; pero en mi tierra hay un dicho muy viejo, que dice: "Cuando río suena es porque algo arrastra". Es ya grave que existan -y fuera de campañas- rumores y dudas tan serias sobre el Presidente de Los Estados Unidos, pues como esas hay muchas; pero lo peor es que, siendo observadores de las realidades que estamos viviendo, esos "rumores" no oficiales, muchas veces como que se corroboran -atando cabos- en otros hechos noticiosos, unido a un sentir personal difuso, que debemos aprender a escuchar; pues puede ser muy bien definido para quien lo ha vivido y se ha aprendido ese tipo de saber, desde su interior, que te hace percibir verdades básicas, anteriores a cualquier argumento "lógico"; luces provenientes del corazón, que sin dejar de ser razonables, son difíciles de argumentar, pero no por esto deja de ser un conocimiento directo, real y verdadero.
Si este escrito les sirve de alguna reflexión a los que lo lean, ¡damos Gracias a Dios! ya que esa ha sido nuestra intención: dar luces, alertas; porque ya dentro de la tiranía de Cuba aprendimos cuál es el precio que paga un pueblo, cuando sus hijos e hijas no vemos a tiempo, no hablamos a tiempo y no actuamos a tiempo... Que Él que es el UNICO y VERDADERO DIOS", nos proteja a todos, y purifique nuestras intenciones; pero sepamos que el Mal es sutil, no se manifiesta abiertamente como tal, a veces ni siquiera para quien lo porta; para poderlo conocer debe ser identificado en sus bases, y en su manera de actuar; para entonces saber distinguirme de él y, frenarlo, si está en mis posibilidades. Hacerlo ver, sería la primera manera democrática de intentar cambiarlo; pero cuando el Mal llega a tomar tal fuerza y poder a nivel social, porque la mayoría ha cedido, mis posibilidades personales de ofrecer mi bien se pueden reducir hasta la nulidad, entonces, sólo me quedará separarme de él... y, si por esa causa, llego hasta morir: ¡me he librado!, ¡bendita separación!, ¡bendita muerte!
Un abrazo
Sara y Alberto