Queridos en
Ámense:
Para muchos de
nosotros que venimos de otros países y culturas es bueno celebrar Thanksgiving,
pero a veces no se siente el sentido, la conexión con esta fiesta que se
considera como de "Norteamérica". Sin embargo, hay un sentido
profundamente humano en esta celebración que todos podemos hacer propio.
En realidad, estemos
en la condición que estemos, bajo las circunstancias de vida que ahora mismo
tengamos; ya sea de éxitos, de alegrías, de buenas noticias, o sea de
dificultades, tragedias enfermedades, o malas noticias... No importa lo que
estemos viviendo, si es bueno o malo; siempre es importante hacer un espacio,
un Stop y, si de verdad vivimos, la
Luz llega, donde quiera que estemos, podemos alzar la mirada y abrir el corazón
para recibirla, comprendernos, comprender y AGRADECER.
Pero, no
siempre podemos hacer eso, si cuando vamos a celebrar, toman el centro las
comidas, el lucir, las apariencias, el fijarnos en lo externo de nosotros
mismos o de los demás, en lo que "se hace" o "no se hace"...
. A veces existe ya una predisposición de que en esta cena o celebración va a
estar fulano o mengano, con quien quizá he tenido algunas diferencias o
desencuentros, puede existir aquel sentido de competencia donde quiero que se
alabe lo que yo llevo puesto, o lo que llevé para compartir. En verdad es sano
que nos guste que digan: "quién trajo esto" (este pavo, o estas
frituras, o esta ensalada, o este dulce o este vino...) ¡Qué rico está! Y así,
darnos las gracias los unos a los otros por los detalles que cada cual
aporta... ¡Qué alegría! Pero ¿todo queda
ahí? A veces damos gracias a Dios, pero muchas veces lo hacemos en comparación
con los demás: gracias porque me has dado esto y esto.. refiriéndonos a
realidades o cosas que es posible que otros no tengan y que yo las tengo... En
fin a veces nos quedamos en lo de siempre,
y no nos abrimos a la diferencia del
Regalo Nuevo que este día nos tare siempre, para unirnos y celebrar.
Un día de Acción de Gracias hoy en Estados Unidos,
es una invitación a todo el mundo
para conectar con su corazón. No estaría mal que todos los países descubrieran
como ha estado presente el Padre Dios en la historia de su nación, y cada
familia pudiera tener un día para darse cuenta de la magnitud, de la hondura,
de la profundidad y la anchura de la Vida en la que El Padre nos ha llamado a
participar. Celebramos un banquete, una comida, que expresan los frutos de
nuestros trabajos; y hacemos fiesta para disfrutar de esas comidas y esas
bebidas, que no solo son sabrosas al paladar, sino que tienen la capacidad de
congregarnos, de unirnos para recibir satisfacción, al expresarnos,
alimentarnos y amarnos los unos a los otros.
Pero ¿Cuál es
la razón de todo, quién es Aquél por el que es posible todo? ¿A quién se debe
en realidad dar LAS GRACIAS?
Ubiquémoslo a Él hoy en donde le corresponde: En el
Centro; y sea Dios Padre el motivo de nuestra fiesta, de nuestro
agradecimiento; porque Él es la
Fuente de nuestra Libertad, y de donde nos viene todo bien, toda bondad y todo
poder. Huyamos de competir por un centro que solo a Él le corresponde.
Abrazos y
Bendiciones
Alberto y Sara
/ Comunidad Ámense