Ámense® quiere hoy, como, como todos, Dar Gracias, sin embargo, no podemos dejar de darles a nuestros amigos y familiares, dentro de nuestro agradecimiento, una parte de las enseñanzas que se encuentran en todo lo que Ámense envía.
Hace algún tiempo, cuando estábamos preparando los temas que daríamos en la Tutoría de Verano para el Programa Construyendo Hogares, seleccionamos el tema de la Cortesía, ya que habíamos observado en estas generaciones una falta de este valor, dentro de la cortesía hicimos la observación de que algo que no veíamos ya mucho, sobre todo en las generaciones de niños y adolescentes, lo era la incorporación de la caballerosidad, tendiendo a ubicar ésta en algo cursi y hasta de mal gusto, donde a veces -no pocas- notábamos que las niñas no aceptaban que los niños les cedieran el paso, o le dieran la mano al subir una elevación, o incluso, si le cedieran un asiento, cuando estos se habían agotado; mostraban así que era una forma de decir que “ellas” eran menos que “ellos”, si lo aceptaban así. Observamos que, de esta manera, lejos de crear una igualdad, que en realidad no puede ser tal, se creaba una descortesía total. Mucho más profundizamos en esta realidad antes de crear el tema, someterlo a la consideración de los padres y aplicarlo.
Y después de esta reflexión nos dimos a la tarea de crear el tema, y ¿saben qué?, la base del mismo lo fue la Maternidad, sí, porque, aunque des las vueltas que des, el ser mujer tiene en todas sus dimensiones físicas, psicológicas y espirituales un toque, una configuración un estilo, un conjunto que la vincula a su misión maternal. Sí, porque el hecho de que de la mujer salgan intuiciones muy especiales, el tener una sensibilidad elevada que traspasa lo meramente racional, el poder que tiene para sentir en su corazón verdades profundas, la hace muy especial, pero al mismo tiempo muy necesitada de ser acogida, respetada, protegida; pues aún en el caso de aquella mujer que no engendre hijos físicos, ella tendrá siempre un potencial de frutos de bien, contribuciones únicas, que piden ser consideradas.
Más aún, cuando ellas se dedican a traer al mundo nuevos hijos (ya sean propios o adoptados) y se entregan a aportar de forma tan importante, única y fundamental en la crianza de ellos, su incondicional entrega, nacida del más puro Amor, pide, desde dentro, un despliegue del mundo que le rodea, en especial del hombre/padre, para se le dé a ella un espacio especial, el que le toca, no por ser menos, sino por llevar un don adorable que es preciso respetar y cubrir de las atenciones requeridas, y nadie mejor que el hombre, con sus características de mayor fortaleza corporal, con un toque de más racionalidad y su conjunto también especial, le toca una entrega también de deferencia y cortesía que, al mismo tiempo, dan un sello a la realización de su masculinidad.
Bueno, de hecho, al aplicar este tema con las familias, se dio un increíble enriquecimiento y confirmación de la verdad natural que Ámense postula donde la sexualidad tanto masculina como femenina necesitan realizarse de manera INTEGRADA.
Es por ello, que hoy Ámense quiere Dar Gracias por esta realidad, si, por la Maternidad y la Paternidad bien llevadas, y el realce de la Familia, que, en definitiva, y según nuestros estudios y experiencias, es la base de cualquier sociedad que se defina cimentada sobre Dios, sobre el Orden establecido por El en la vida; como lo quiere ser la Sociedad Norteamericana.
Damos hoy Gracias, pues, especialmente, por esos dones que nos regala el Padre: la Maternidad y la Paternidad llevadas con dignidad y respeto. De aquí estamos ciertos, se desprende todo lo demás: la justicia, la vergüenza, la honestidad, la solidaridad, la autenticidad y todos los valores a los que debemos aspirar, y por los que debemos esforzarnos para alcanzar, todos los seres humanos.
Ámense® siempre, aprovecha para dar una enseñanza y debemos saber dar Gracias por lo que somos, por lo que tenemos, incluso, por lo que perdemos, que nos enseña a descubrir los errores cometidos, gracias en especial hoy, por la salud, de los que hasta ahora no hemos enfermado, por los que se han enfermado y restablecido y por el consuelo y la confianza en la fe, por aquellos que han partido al Padre y que ya no tenemos a nuestro lado, físicamente, Gracias por poder aprender a estar con ellos de esta nueva y especial forma.
El agradecer sale de lo más profundo de cada cual y hay que dar Gracias, sobre todo, cuando nos damos cuenta de que, si damos Gracias, es porque hemos sido premiados con mucho y de muchos, y esa razón, es más que suficiente para Dar Gracias hoy y siempre.
Gracias Padre por nuestras vidas y por saberlas vivir en todos los momentos de nuestra existencia, aprendiendo en el día a día, a distinguir el Bien del mal.
¡Feliz día de Acción de Gracias!
Alberto y Sara
Educadores para una Vida Integrada