Este año nuestro Mensaje de Navidad se vuelve plegaria, seguros de que el Bien ha Nacido, y que, aún bajo fuertes agresiones, logra triunfar siempre y, hace brillar su Estrella para todo el Planeta.
Deseamos, desde lo más profundo, que esta Navidad impregne de felicidad a todo el mundo, en especial, a esta Nación en la cual vivimos, a Cuba, nuestra querida tierra, y al mundo entero.
Que el Niño Dios nazca en todos los corazones:
que las familias se integren y vivan felices,
que las parejas puedan amarse con la intensidad y profundidad
que les ofrece el Amor de Dios,
que los niños puedan estar seguros y confiados en sus padres,
que estos ejerzan su autoridad y derechos como padres siempre;
y que los mayores, alrededor de los niños,
sepamos asumir nuestra responsabilidad,
desde los primeros momentos de sus vidas.
Que el respeto, la dignidad y la confianza
sean sellados por la discreción en nuestras vidas.
Que mejoremos la manera en que nos comunicamos,
para poder dar paso al amor de los unos a los otros,
y eliminemos las ligerezas, los desvíos, la superficialidad,
la indiscreción, el disimilo y la hipocresía.
Que saquemos del centro de nuestras vidas el qué dirán y lo externo,
que eliminemos la intriga, la envidia, la competencia,
la Ignorancia de la ignorancia, la prepotencia y la jactancia,
la falsa modestia, los prejuicios y los juicios.
¡Eliminemos todo lo que no venga de Dios!
Que aprendamos, de una vez y por todas,
que Él es la Verdad y la Vida,
que sepamos distinguir entre el Bien y el mal,
que sepamos poner a Dios y a Su Palabra en el primer lugar de nuestras vidas.
Que Dios nos ayude y salgamos de todo lo que no es Él,
y podamos gozar de Su profunda Paz;
en medio de tanto dolor que hemos sufrido en este año.
¡Los queremos!
¡FELIZ NAVIDAD!
Sara y Alberto Ámense
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