Hoy en todo el mundo podemos quedarnos confundidos al poder apreciar que, en algunas sociedades, la información se ha convertido en un arma, y no un medio para transmitir la verdad. En otras sociedades el nivel de pobreza a la que están sometidas las personas no promueve la mínima motivación de estar informados, pues viven reducidos a la sobrevivencia. En otras, los que sustentan el poder, tienen el control absoluto de la información y, las personas se encuentran anuladas por no tener el más mínimo acceso a ésta. En todo el mundo, de alguna manera, somos privados de todo el beneficio que debía reportar el desarrollo social a la Persona Humana; siendo esto un derecho elemental y básico de cada ser humano, entre otros muchos derechos, solamente por el sello de dignidad que todos tenemos, por ser persona.
En nuestra sociedad, estamos sufriendo mucho de inseguridad y desconfianza porque no podemos creer todo lo que se dice en los medios, y lo que debía ser luz y guía en la vida nos llega, muchas veces, como oscura confusión de medias verdades, falsedades y hasta construcciones noticiosas que no responden al bien común, sino que son usadas, con frecuencia, para ocultar una verdad, desinformar y hasta engañar deliberadamente.
Muchas personas están muriendo, familias padeciendo. Pero este hoy, 11 de agosto de 2021, dista mucho de aquél en que una mujer italiana de Asís, llamada Clara exhaló su último respiro.
Hay personas que llevan en sí mismas tanta luz y tanta verdad que marcan la historia, y después de su muerte se mantienen iluminando a las nuevas generaciones, pues sus testimonios y enseñanzas de vida se siguen transmitiendo de persona a persona y se van expandiendo cada vez más a diferentes regiones, culturas y naciones; donde lo que aquellas vidas comunicaron recobran nueva fuerza y sentido, y se incorporan a la actualidad de muchos. No importa la cantidad de años y hasta de siglos, ni lo remoto de los lugares, su verdad única se mantiene iluminando más y más, como si fuera un sol inagotable de Luz, que siempre sale para todos.
Este es el caso de Clara de Asís, cuya Fiesta se celebra todos los 11 de agosto, pues con su paso de este mundo al Padre en 1253, el mensaje de su existencia llegó a su sentido máximo y pasó a ser un legado para los hombres y mujeres de todos los tiempos.
Ella fue una mujer del siglo XIII que rompió los moldes de la familia Noble a la que pertenecía, y se dejó inspirar por lo mejor que salía de su corazón, en el mismo Espíritu que animaba a su coterráneo Francisco, a dejar la carrera hacia las riquezas, y hacia matrimonios acordados por sus familias, para optar por seguir la Pobreza que mostraron Jesús de Nazaret, sus Apóstoles y su Santísima Madre María, al vivir la libertad de ser quienes eran, desde las potencialidades puestas por su Creador, en su interior, con el soplo de su Espíritu, como a todo ser humano.
Mucho podríamos recibir sobre la vida de Clara, pero hoy queríamos detenernos en un detalle. A Clara de Asís le caracterizó el ver lo que muchos no veían y, ella tuvo la misión de alertar y dar luces a los demás, de seguro sufría por decir a veces verdades que otros no querían escuchar.
Lo más hondo de su espiritualidad estaba en su Fe en la Presencia de Dios en todo lo natural, pero le atraía un amor inmenso a la Misa y a la adoración a Jesús en la Ostia Consagrada. Muchas veces, su gran espíritu, movido del más puro Amor, desarrolló el don de ver incluso lo que sucedía en lugares donde ella no se encontraba físicamente. Las paredes y la lejanía no impedían que ella pudiera describir los hechos como si allí hubiese estado, para asombro de los que los presenciaron.
Nadie, en aquel entonces podía sospechar que, a mediados del siglo XX, casi 800 años después, surgiera un equipo electrónico que lograba esa Tele-visión que ya Clara tenía, desde el siglo XIII, de manera natural y donada; por lo que fue nombrada, por el Papa Pio XII, Patrona de la Televisión y los medios de Comunicación.
Querida Santa Madre Clara,
ponemos hoy bajo tu intersección nuestras súplicas
para que el mundo logre un Orden en los medios de Comunicación,
que estos se purifiquen,
que se establezcan leyes que prevengan
la mentira, la desinformación, el terror;
y que se promueva la ética,
para que ese Don maravilloso que Dios nos regaló,
de poder vernos y comunicarnos en la distancia,
sea usado para incrementar
el bien, la libertad y la responsabilidad en el Amor de los unos por los otros.
Acoge las oraciones de todos los que leen este escrito.
¡Que así sea!
Nota: Recomendamos ver el famoso Film “Hermano Sol, Hermana Luna”, de Franco Zefirelli, a nosotros nos reporta mucha luz y paz el ver esta película.
¡Paz y Bien!
Alberto y Sara
Educadores para un vivir Integrado