Mucho entusiasmo sacó del pueblo cubano el cambio de la frase “patria o muerte” por “Patria y Vida”. Ya no sólo se popularizó en una canción (con amplias “licencias poéticas”) sino que podemos ver en la calle, la televisión, las redes sociales, ¡por donde quiera!; que la mayoría de los cubanos y, hasta instituciones comerciales, restaurantes, carros particulares y de negocios, llevan esa frase, unida muchas veces a “SOS Cuba”, "Cuba Libre"... y a banderitas cubanas, muchas ya rasgadas por el viento, la lluvia y el sol en los carros.
Nunca quedamos indiferentes al ver esas banderas cubanas así. Enseguida la emoción aparece con esa mezcla de entusiasmo, orgullo, esperanza, dolor y confusión. ¡Se remueven dentro tantas cosas! ¡Oh, mi Cuba! ¡Hasta Cuándo! Sí, porque esa banderita es SIMBOLO de una raíz importante que nos identifica.
Hoy vemos que muchos nos expresan que, con todo lo que está pasando en el mundo, se les hace difícil evitar el sentirse caer como en una nueva sensación de vacío. Esa sensación de no estar bien orientados, de no ver claro el sentido de las palabras, ni de las acciones, ése no saber bien qué es verdad y qué es mentira, o, de dónde vienen las fuerzas que nos mueven, si de dentro de nosotros o de afuera, ¿No la experimentas?
Pues aquí viene entonces nuestra reflexión, esa necesidad de no quedarnos sin paz, sino ir tras ella, de no quedarnos en sombras, sino de dejar brillar ese Sol en uno mismo; de dejar tal vez, que baje un poco “el embullo” y renazca lo firme, lo seguro, lo verdadero, lo permanente, lo que no pasa.
Volvamos a "escoger el arroz".
¿Se recuerdan cuando en Cuba había que escoger el arroz antes de cocinarlo? Tal vez hoy ya no hay ni siquiera ese arroz sin limpiar, pero ¿Cómo puede estar la mente y la vida de una persona, cuando ya ni siquiera puede ver la diferencia entre el grano de arroz, los “granos machos” (los que no se abrieron)”, las piedrecitas y las basuritas? ¡Muy mal! ¿verdad?
Y si esa mezcla de arroz, con lo que no lo es, se cocina así mismo y luego se come y se traga ¿Qué va a pasar? ¡Al menos una mala digestión!... Y si la persona que tuvo la mala digestión no se da cuenta de que el no escoger el arroz fue la causa, ¿Qué hace? Sigue comiéndose el arroz así y empieza a tomar remedios para quitarse el malestar del estómago.
- ¿Nos damos cuenta por dónde viene lo que nos pasa? En este momento, estamos en una fase que pide reflexión, y nos preguntamos:
- ¿Cómo poder frenar y superar esa sensación de no estar pisando un terreno firme, de no poder confiar en nada, de sentirnos llevados y traídos como por un vaivén de olas y vendavales constantes…?
Bueno, esto es un asunto bastante serio, pero no es tan difícil, ni inalcanzable. Sabemos que, el fenómeno al que nos estamos enfrentando, no es algo que se soluciona con un gesto, o con tratar de “pensar positivo”, simplemente. ¡Ojalá fuera como escoger el arroz!, pero quizá aquella injusta tarea impuesta por un sistema opresor nos sirva al menos hoy, para entender que debemos aprender a regresar al sentido común, al pensamiento lógico, a las fuerzas naturales y los a recursos personales donados por el Creador, directamente en el corazón de cada cual.
La cubanía es todo lo que nos ha sido dado y que está en ti, en mí, en ellos, en todos los nacidos en esa Tierra. Es nuestro cielo, nuestro sol, nuestras palmas (nuestra Palma Real, en particular), nuestras flores (nuestra flor de La Mariposa, en particular), nuestra azúcar, nuestro tabaco, nuestras aves (el tocororo en particular), nuestros mares, la riqueza de peces y mariscos; nuestro mestizaje, nuestra música, nuestra “salsa”; nuestra laboriosidad, nuestra honestidad, nuestras expresiones llenas de simpatía y humorismo, los pastelitos, el cafecito, nuestras tradiciones…
Y ¡cómo olvidar!, nuestro “con Dios todo y sin Dios Nada”, el “Viva Cristo Rey” de los plantados asesinados, toda esa devoción al “Viejo Lázaro”, a Santa Barbara, pero sobre todo a esa Madre, La Caridad del Cobre, que se ha hecho sentir tanto en sus hijos.
Mucho de lo mencionado se ha dañado ya, pero lo esencial está ahí, como las palmas que siguen verdes anunciando la esperanza. Sepamos pues escoger lo mejor, en especial aquella libertad interior donde nada ni nadie puede llegar, y desde donde la Virgen con Su Hijo Reinan libres y seguros, cuando sus hijos les abren las puertas de su corazón.
Recordemos que ya estamos dentro de la Novena a La Virgen de la Caridad, que es su fiesta y tenemos que decir que, en realidad, es Ella Quién nos motiva a hacer y compartirles esta reflexión. Porque Cachita nos ha dado tanto que ¡tenemos que ser su voz!
No hay duda de que Ella está viva, dentro de los símbolos de la Patria; negarlo sería ignorar nuestra historia; pero a diferencia de otros símbolos, Ella No es un objeto, no es un vegetal o un animal, mucho menos un producto del comercio o del turismo. Ella es Alguien, con quien podemos relacionarnos como personas, quien sella el verdadero amor ente nosotros, siendo así que es el ser humano más cercano a la divinidad, tanto como lo puede estar una madre con su hijo.
Acerquémonos a este Trono de Gracia, que calmó la tormenta; y contemos con Ella en todas nuestras necesidades y manifestaciones.
Por hoy, ¡Hasta aquí!...
Continuaremos reflexionando, mañana con TESTIMONIOS, mientras nos preparamos al TRIDUO ÁMENSE, DEL 5 AL 7. Y LA FIESTA EL DIA 8. Síganos en Telegram, https://t.me/VOZ_DE_AMENSE
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Abrazos Ámense
Alberto | Sara y
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