Queridos en Ámense:
A lo largo de tres décadas en Ámense® ofrecemos una Instrucción de Vida, informaciones y contenidos que te sirven para vivir una vida verdadera, sencilla y a la vez inteligente.
Hoy no será la excepción, te obsequiamos con amor una breve reflexión sobre
La Navidad.
La Navidad es un tiempo de sentir, sí, todo el año nos dedicamos mayormente, al pensar y al hacer, pero al sentir lo relegamos a un espacio que se aprecia como más básico, menos inteligente y despojado de realidad y objetividad y vamos perdiendo el delite, el buen sabor del sentir.
En La Navidad usualmente nos rodeamos de cosas, artículos, y casi todo de contenidos materiales, para satisfacer nuestras necesidades y deseos de objetividad, y dejamos un pequeño espacio para las felicitaciones. Surgen las postales, las canciones, las fiestas, los regalos, el árbol y todos los adornos que acompañan este tiempo. Pero, si hiciéramos un “stop” y dejáramos de pensar solamente y diéramos paso a nuestro SENTIR, podríamos descubrir que la Navidad tiene un Sello Personal, porque sólo así lograremos ver cómo aparecen flashazos de nuestra vida, inevitablemente en nuestras mentes unidas a nuestros corazones, y nuestra historia se recorre sin proponérnoslo… Entonces, las Navidades anteriores y las actuales, van integrándose en mí identidad toda y única, quien soy.
Lo que para cada cual representó la Navidad en su niñez, en su adolescencia, en cada etapa de su vida hasta hoy, les permite reparar en el significado que este Fiesta tiene hoy para uno, y se remueve todo nuestro ser, y sentimos la emoción de ser quienes somos, tal y cual.
Y aun no teniendo todo para estar alegres, siempre puede fluir esa alegría especial de la Navidad. Y es que, para sentir esa realidad de Amor, hay que dejar aflorar también nuestra inteligencia, ya que el creer en Dios Padre como el Creador, requiere de una gran inteligencia; pues no se trata sólo del pensar y del hacer, sino de VIVIR con todo.
Nos toca hacer espacio dentro de nosotros para ese Espíritu de Amor que se Comunica y unifica TODO en nuestro ser: el sentir, el pensar, el hacer, el tener, el saber, el hablar, el callar, el reír, el llorar, el comprender, el perdonar, ¡todo!... Y así saber ubicar tanto lo agradable como lo desagradable, lo que necesito y lo que no; lo que queremos y lo que no; lo que es para mí aquí y ahora y lo que no, sabiendo acoger lo bueno que me realiza y rechazar lo malo que me destruye, en cada momento... Lograr esto - ¿quién lo duda? - ¿no es ser increíblemente inteligente?
Cuando reparamos en el Nacimiento de Jesús, las condiciones de María y de José, apreciamos que son excepcionales, pero, en realidad, muy cercanas a la de muchas parejas que tienen que luchar para traer al mundo a sus hijos. Y vemos, en ese Nacimiento de Jesús, que con la madre y el padre se integra todo: el burro y la mula; los pastores y los reyes; los ricos y los pobres; los hombres y las mujeres; la gruta, los pañales, el pesebre, la estrella, los regalos, la lumbre, la música… el universo todo buscando una misma esperanza: recibir a su Rey y Salvador.
Es un niño nacido de forma natural como cualquier otro, sin embargo, ¡que maravillosa realidad de Amor es tener la inteligencia y sensibilidad necesarias como para entender y dar lugar a esa verdad! La Verdad de que ese niño sencillo representó, representa y representará la Luz de la Vida; de que es nuestro Salvador que nació como todos y que vivió como todos. Esto, queridos hermanos hace que la Navidad nos llegue como el Mensaje de Amor más gozoso, valioso y real de la Vida Humana.
Dejemos que nazca dentro de cada cual, con la identidad propia. Lo que sentimos todos, se parece, pero no es igual, es único en cada cual, refleja nuestras vidas, nuestras historias, nuestro presente y da fuerza y luz a nuestro futuro.
Amigos queridos, les deseamos que puedan sentir esta Navidad, que no alcanza a explicarse en palabras, aceptándola como un hecho de realidad sentida, crecida en nuestros instintos más básicos, en nuestras sensaciones, en nuestros sentimientos; que ilumina nuestra razón y da el Sentido de todo. Apartemos todo lo que no sea el sentir ese Amor especial en nuestros corazones. Sentir esa alegría inexplicable y festejar con todo lo que podamos esa Vida que nos Salva. Fiestemos, comamos, paseemos, bailemos, compremos, regalemos y seamos felices siempre con Él dentro de nuestros corazones.
¡Feliz Navidad 2022!
Les deseamos,
Sara y Alberto,
Creadores, Fundadores e Instructores de Ámense®
Nota: Una manera de sentir nuestro renacer cada año puede encontrarlo
en nuestro Libro “Acogida. Mi Navidad” Con el Personaje Carla Niña de Luz®.
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