Por Alberto y Sara
En el mes del Amor, 2023
Cuando éramos niños en nuestro pais de origen, el 14 de febrero, se nombraba “el día de los enamorados”, poco a poco, en la medida en que el mundo se fue globalizando, comenzó este día a referirise al Amor en general, y se empezó a hablar más del “dia del amor y la amistad”, y así, el amor de pareja, como tal, se ha ido diluyendo en otras tantas formas de amor.
Por aquella época, los novios y los matrimonios se daban regalos ese día, y las fiestas eran prácticamente de parejas, si alguien ofrecía un regalo a una persona el 14 de Febrero, estaba declarando, de esa manera, que estaba enamorado o enamorada de éste o ésta. Era un día dedicado, a lo que es, en realidad, el centro y fuente del amor humano: el amor de pareja.
La atracción de dos personas, que antes podían ser extraños entre sí, comienza a encender el fuego de relaciones polarizadas, donde, de manera natural, se da progresivamente la manifestación de un deseo que envuelve a la sexualidad humana y que llega a expresarse con una fuerza tal, que engloba a los enamorados en una nueva luz para vivir y ver la vida; porque los enamorados se sienten involucrados dentro de esa fuerza superior, que llega a tomar un lugar central y creciente, llegando incluso a convertirse en el eje psicológico que centra la realización y la felicidad en una persona.
Las parejas enamoradas de verdad, por esos tiempos, no encuentraban gusto de ir a una celebración, a un lugar público, sin estar el uno con el otro. Si tenían que estar separados por los trabajos o profesión, extrañaban con mucha fuerza la ausencia del otro, como si algo les faltara. Es que la experiencia de estar enamorado cualifica a todo el ser de quien lo experimenta, y no se reduce a un momento o a un acto que pueda aislarse de la integridad personal.
Pues bien, hoy, cuando vemos hacia atrás, apreciamos que se viene llevando un proceso de deterioro y destrucción sistemática de todo lo referido a lo humano y el mundo viene viviendo, desde la llamada “explosión sexual” alrededor de los sesenta, la Era Hippy, los Frequees, las modas; una reacción de péndulo (normal hasta cierto punto, debido a las represiones anteriores sobre el tema) pero que tendía ya a disolver la diferencia entre lo masculino y lo femenino, llegando a establecerse como dos bandos opuestos.
Estamos viviendo todo un proceso despersonalizador desde hace décadas, que ha ido dando pie a una especie de “nueva normalidad” extremedamente inclusiva, donde han tomado mucha fuerza las relaciones sexuales liberales, la promiscuidad, el incremento de los divorcios, el ir al matrimonio con intereses externos, el llamado “amor libre”, las infidelidades entre hombre y mujer, la pornografía, el desarrollo y fomento de la homosexualidad, llegando a las ¨nuevas¨ agendas LGBT -con tintes políticos- el desviado empoderamiento de la mujer, la adulteración de los contenidos educativos y de entretenimiento para los niños y adolescentes, los deformantes y distorsionados contenidos de filmes y series, los mensajes subliminales dentro de estos medios, la intromisión en temas sexuales y educativos en las escuelas a espaldas de sus padres… En fin, ya la llamada “ley de péndulo” se está pasando y el péndulo del reloj parece que ha enloquecido o que ya, ni siquiera existe.
Están apareciendo extremos alarmantes y estamos viendo cómo se viola la transparencia hacia los padres, sobre los contenidos que se ofrecen a sus hijos en las escuelas, creando, con frecuencia, una gran desconfiazna en el sistema escolar de nuestro país. Apreciamos igualmente una velada influencia de ataques hacia la autoridad de los padres, hacia y sobre sus hijos, donde a los menores se les puede tratar a veces como adultos, y hay que permitirles hacer lo que quieran y se les ocurra, resquebrajando así la autoridad de la familia, como Institución básica de la vida en sociedad.
Se han ido traspazando niveles tales como el derecho a la vida, concediendo a la embarazada el decidir por la vida del hijo que lleva consigo, criatura indefensa que no pidió, ni sabe nada de estar ahí, alegando que “cada mujer puede hacer con su cuerpo lo que decida”. Por otro lado la eutanacia está llegando a hacerse legal, y hasta obligatoria, en ciertas partes del mundo.
Las situaciones han escalado a un nivel tal, que ya se escucha que se están tratando de “incluir” como normales, patologías, como por ejemplo, la Pedofilia; que deben ser tratadas por especialistas y manejadas por la justicia, debido al daño que representan para la Comunidad Pública, y la imposibilidad de ser sanadas. Hemos escuchado recientemente en un medio público la supuesta enseñanza de que a nadie se puede rechazar por no poder controlar los impuslsos de ser atraídos sexualmente por niños, y que esta realidad tan extremadamente dañina, puede considerarse como un acto que también es amor… Siendo así que un sólo acto de ese tipo es un daño moustruoso, que dejará marcado a esa persona para toda su vida.
Y, si quisieramos aplicar la más profunda compasión y la verdadera inclusión, tendríamos que ver que, no sólo para el niño, sino incluso para el pedófilo es muy grande lo dañino de un abuso sexual, pues los portadores de esa patología también pueden sufrir, en ese no hacer el bien que quieren sino el mal que no quieren, y si exploramos, es muy probable que ellos hayan sido abusados antes… Pero una inclusión sin la comprension de lo que es malo y lo que es bueno, y sin llamarle por su nombre al mal a la luz del Orden Creado, es desastroso.
¡A dónde vamos, hombre y mujer Creados para JUNTOS; dominar al mundo? ¿Cómo hemos dejado llegue a este punto la vida de nuestro mundo, más aún la vida de nuestros hogares, donde nuestros niños se forman como la fuerza del mañana? ¿Cómo haremos para que llegue a más y más hogares el conocimiento probado por tres décadas en Ámense®, de que el Amor sí necesita Instrucción? ¿Cuando vamos a llegar a convertirnos los adultos hacia los niños y los niños hacia los adultos, las madres hacia los padres, las mujeres hacia los hombres y viceversa? ¿Cómo decirle a un hijo de 8 años qué ser transgenero, si no sabe aún lo que es el género?
¿Cómo hacer llegar a todos la comprensión de que la sexualidad necesita ser acogida, respetada y cuidada, desde el momento de la Concepcion, para realizar la persona que somos desde la perspectiva del Amor que Dios nos dio y nos da primero? ¿Cuándo rezaremos el Padre Nuestro -enseñado por el Maestro de todos los maestros- con la convicción de que su Voluntad esencial es amarme, aun cuando pasemos por caminos oscuros? ¿Cuándo sabremos todos que su Amor se da a través de la armonía con la pareja, cumpliendo Su Ley, con la satisfaccion de las reales necesitades de nuestros hijos, en una ciudad, un país y un mundo que respete el bien familiar primero?
Queridos en Ámense® el Amor tiene un Orígen, y comenzó en la acción de Dios que organizó el caos y la nada al Crear. El Amor tiene parámetros, fronteras que no se pueden cruzar, principios que hay que llevar a la práctica para que se dé. El Amor requiere de educación porque es propio de personas, no es una hierba que crece sola, o un pollitto que se cría siguiendo instintos. Los desastres, las tragedias, los dramas que estamos viviendo tienen que ver con el desconocimiento, con no saber de nosotros mismos como la persona que somos. El Amor tiene que ser domesticado y aprendido en expresiones de amor civilizadas. Se requiere mucho en este siglo XXI de formas nuevas, nuevos métodos, nuevo ardor -como decía San Juan Pablo II- para dar paso a La Civilización del Amor, que está a las puertas.
Ámense® es una Institución nueva que trae todo lo necesario para que estas Esperanzas sean ciertas. Oremos para que pueda continuar reconociéndose en nuestra ciudad de Hialeah, en nuestro Estado de la Florida, en Europa, América y el Mundo todo, para desarrollar su potencial y alcance en el futuro de nuestro mundo, donde Dios vive, y hace sentir a todo el que lo siga, que aunque Él permita todos los desastres, estamos ciertos de que Su Voluntad, Su Ley, es enseñarnos a amar.
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