Sí, queridos todos, fíjense que lo decimos en inglés: happy Thanksgiving, pues, aunque en Ámense® la forma de comunicarnos de manera más frecuente lo es en español, vivimos en esta tierra que nos dio acogida y respetó nuestros derechos, la cual hemos adoptado como Nación y nos ha adoptado como hijos.
Si nos fijamos más, esta fecha nace de la historia de USA, de sus raíces, en algunas naciones del mundo es recordada, debido los vínculos con familiares que viven aquí, porque es una conmemoración benéfica, que conecta con los seres humanos; otros la siguen por moda y entre otras muchas culturas y países ni siquiera se conoce; pero es una fecha creada primordialmente para dar Gracias al Creador de todos por Su Gracia.
Y no se trata sólo de dar las “gracias” como hacemos cuando alguien nos hace un favor, o nos da un espacio, o un regalo, ¡no! se trata de la GRACIA, esa, la de Dios Padre, la Gracia que está en nuestra esencia de vida, en lo profundo de cada uno de nosotros, desde nuestra Concepción.
Es la Gracia de ser Sus hijos, esa especial energía BUENA que tenemos inscrita en nuestros corazones, o -para ser más modernos- encriptada en lo más profundo de cada uno de nosotros, esa que es sólo mía y a la cual nadie más tiene acceso, pues cada cual tiene la suya donada por ÉL.
Ahora bien, nuestra acción de Gracias estará hoy impregnada también de la visión Ámense que, como siempre, es crítica, sí, porque en Ámense la crítica es como esa fuerza que construye, que reta, que anima al cambio, todo para Bien, y que profundamente siempre se agradece.
La crítica en Ámense es un llamado a crecer, a ser mejores, a adaptarnos, a aceptarnos, a ser esos seres Únicos e Irrepetibles que no se diluyen, no se mezclan, no se desvían, no se enredan, no compiten, no rompen con la armonía de la vida donada. La crítica Ámense nos lleva a la Ética Ámense en nuestros tres principios básicos de comunicación: Respeto / Dignidad / Confianza y lo hacemos porque nosotros mismos hacemos lo que enseñamos, hemos vivido procesos prolongados y profundos, por ello no hablamos con ligereza, hablamos desde la reflexión y del análisis que nos lleva, con nuestra experiencia, a la Sabiduría.
Muchas veces en nuestro día a día, empleamos la palabra “gracias” cuando nos ceden el paso, cuando nos ayudan en algo, cuando nos atienden, nos regalan, nos halagan… sin embargo, ¿hemos reparado si esa palabra sale de lo profundo, o es un algo usado y manoseado? Algo que incluso lo vemos a veces empleado de forma inadecuada, o en la ironía, la superficialidad y hasta en la burla.
Ya pocos enseñan a sus niños a agradecer, vemos frecuentemente incluso que los niños ni les agradecen a los mismos padres; crecen con la idea de que todo se lo merecen, pues los padres tampoco tienen tiempo para enseñarles, adecuadamente, los trabajos que se pasan para atenderlos y hacerlos felices. Ellos pueden creer que entre ellos no hay que dar gracias, pues es simplemente el deber de padres, y si les piden darle las gracias es como “sacarle en cara” lo que ellos hacen por los niños. Es cierto que todo lo que los padres dan a sus hijos les pertenece a ellos, y que en verdad no hace falta el dar gracias; pero ¿no han pensado que, si no aprenden a agradecer en casa, desde niños, no lo sabrán hacer de mayores?
El punto aquí no es que “me tienen que agradecer”, el punto es el esfuerzo de educar a los niños, para que no crezcan equivocados.
Hoy día hay tendencias sociales que confunden y aturden a todos, pero, sobre todo, al pensamiento de los niños que está en un proceso de formación, es decir, que todo lo que le damos lo fijan: lo bueno y lo malo; pero lo que NO le damos -lo que omitimos- no lo pueden adivinar y como es lógico, no lo fijan en su formación.
Y, si seguimos profundizando… ¿Hemos pensado que el agradecimiento a Dios no debe ser sólo cuando recibimos cosas buenas? Nosotros pensamos que también debemos aprender a agradecerle por darnos la energía para el esfuerzo, el entendimiento, incluso el sufrimiento, para saber llevar nuestras vidas y la de nuestros hijos.
Es que en realidad tenemos todos los días el reto de saber escoger lo Mejor para mi y mi familia, lo que en verdad nos reporta un bien, que puede ser incluso muy diferente a lo esperado, sin preocuparnos por “el qué dirán”.
Sucede que, entre las aspiraciones múltiples que tenemos y el trabajo para poder tener el dinero que cuestan mis aspiraciones, se me va la vida y, a los detalles que de verdad hacen la vida y el Amor, se les pasa por encima, y, en el día a día, no doy las verdaderas Gracias a nada y a nadie. Llega la celebracion de Thanksgiving y la celebro como una fiesta muy parecida a las demás.
Y no pocas veces queda para el final el agradecimiento a Dios Padre siendo hasta sustituido por palabras como “gracias a la vida” “gracias al universo” … que tanto se usa actualmente en los medios.
Miren, la vida está difícil, escúchennos y pongan en práctica nuestras recomendaciones: Sean un poco más profundos en el día a día, solo un poquito, para ello deben detenerse, ser observadores, hacer comunión con la pareja, para que juntos puedan llevar la vida de sus hijos y de su familia.
Saber que eres tú quien debe dar ese lugar a tu vida, que tu vida es tuya y eres responsable de ella, no los demás, los jefes, los gobernantes y lo otro que está fuera de ti y que no te conoce.
Esperemos que el creador de TODO, de la vida y del universo… nos de la fuerza y la energía, unida a la Sabiduría, para saber descubrir el Poder de la Gracia interna, y poder así SENTIR EL AGRADECIMIENTO a todo y a todos, hasta en los pequeños detalles, y saber enseñarlo constantemente así a los niños.
¡Feliz día de Acción de Gracias!
Sara y Alberto