ORACION POR LAS ELECCIONES GENERALES USA 2024
Conscientes del momento crucial en que vivimos en estas Elecciones Generales de 2024, Ámense® propone realizar esta oración antes, durante y después del 5 de noviembre. Acudamos con libertad y devoción a las fuentes seguras de nuestra Fe, en esta Nación Under God, para unirnos en la fuerza de la Esperanza que nos une al exclamar IN GOD WE TRUST.
Petición Inicial:
Padre de la vida, a tu imagen y semejanza fui creado, no permitas que nada ni nadie, en mí o fuera de mí, impida la libertad de realizarme como la persona única que soy ante Ti. Porque te amo sobre todas las cosas, me duele a veces perder la perfecta relación contigo. Me acojo a Tu perdón y Tu Paz, para aprender de mis errores y hacer de hoy un día mejor. Amén.
ORACIÓN COMÚN
Bajo tu protección nos acogemos, llena de gracia; Patrona de Los Estados Unidos de América,
Elegida, desde tu Concepción para ser la Madre del nuevo pueblo que tu Hijo Jesucristo ha formado con su sangre.
A Ti clamamos los hijos de Dios, decididos a preservar en nosotros el soplo del Espíritu,
y los valores que El Creador puso en cada uno de nosotros, para felicidad personal y provecho de toda La Familia Humana.
En estas ELECCIONES DE USA 2024, ponemos ante nuestro Padre, el Dios en quien confiamos, nuestra actualidad como familias y como ciudadanos.
Mira nuestra Nación y nuestro mundo en crisis, pasando este momento crucial, de hundimiento o de salvación;
intercede como Madre, para que la Humanidad retome el verdadero curso, para el cual fue creada.
Que no traicionemos nuestros destinos, y que, como prueba de nuestra dignidad humana,
sea defendida, respetada y preservada la Integridad Electoral.
Que logremos respirar con paz, en un entorno de formación apropiada para nuestros menores y jóvenes.
Que las madres, los padres, las familias; construyan la armonía de sus hogares en medio de una sociedad que los apoya y respeta.
Lo pedimos todo por Nuestro Señor Jesús,
el único por quien esta humanidad puede ser iluminada, sanada y reconciliada,
al nacer de tu vientre bendito, Madre, y llegar a padecer, morir y resucitar mostrando a todos el Camino, la Verdad y la Vida.
¡Que Así Sea!
Aquí se hace la petición personal de cada cual en su necesidad actual.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (opcional).
Ruega por Nosotros María Inmaculada,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo
Amén
¿POR QUÉ ACUDIMOS A LA VIRGEN INMACULADA?
Conociendo por propia experiencia y convicción del rol tan activo y soberano, que viene realizando la Virgen Maria en la salvación del mundo, en este último siglo, instamos a todos a unirnos a La Madre, superando las diferencias de religiones y credos, para acogernos a la vida natural regalada.
Fundamentos:
En el Evangelio de Lucas 1, 28, el Arcángel Gabriel, se dirige a María como “llena de gracia”. Significa que María está recibiendo toda la ayuda divina especial necesaria para la tarea por delante. Se trata de una verdad sostenida por la Fe de los cristianos, que surgió y fue creciendo desde los momentos de la Comunidad seguidora de Jesús, animada activamente por la Madre, aún después de la Muerte y Resurrección de su Hijo.
En 1847, La Inmaculada Concepción se convirtió en la Patrona de Los Estados Unidos de América, al ser nombrada por el Papa Pío IX, recogiendo el deseo de los fieles. En honor a Ella se construyó el Santuario Nacional de la Inmaculada en Washington D.C., la capital del país, siendo la basílica que sirve como el Santuario Mariano más importante en todo el país.
Siete años más tarde, 1854, ante el surgimiento de teorías contrarias a esta verdad de Fe basada en la tradición cristiana milenaria, y para preservar la Fe de los fieles, La Inmaculada Concepción de María fue decretada con la categoría de ser verdad infalible (dogma) por la Iglesia Romana, bajo documento oficial titulado Ineffabilis Deus (El Dios Inefable).
El documento ratifica que La Santísima Virgen María, por una gracia y privilegio únicos otorgados por Dios todopoderoso, fue preservada sin daño, libre de todo mal y purísima, desde el primer instante de su Concepción, y durante toda su vida en el ejercicio de su misión dentro del Plan Redentor del SALVADOR DE LA HUMANIDAD, Nuestro Señor Jesucristo.
Su día es el 8 de diciembre cada año (fiesta llamada “navidad chiquita”).
¡MARIA INMACULADA, RUEGA POR NOSOTROS!
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