Daniel Thomas, mi querubín, mi angelito, mi nietecito pequeño.
Ya tienes tu nombre propio y es un nombre grande, más grande que tú,
que eres aun pequeñito: Daniel Thomas,
pero podrías llamarte Ternura, Alegría, Inocencia, AMOR…
Acabas de llegar a mi vida de abuela y
ya ocupas un espacio propio y amplio, sólo para ti.
Eres tan pequeñito y perfecto,
que sólo la Mano de Dios puede
hacer algo tan bello, te dibujó con un pincel de oro,
todas tus facciones son perfectas.
Acabas de llegar a mi vida de abuela y ya he derramado lágrimas por ti,
estás enfermito, si, naciste saludable y
bien cuidado por tus padres y tus hermanos que pusieron todo a tu disposición.
Detuvieron sus vidas para acoger la tuya.
Hombres muy malos regaron enfermedades por este mundo y
tú mi “cosita bella” te contaminaste.
Si Dios pudiera oír mis lamentos,
si me escuchara y cambiara mi fuerza por la tuya incipiente,
si pudiera darte un poquito de la vida que me va quedando,
puedes estar seguro te la daría toda,
no es mucha, pero está llena de amor para ti.
Dios Padre tiene que escucharnos para que regreses del médico con noticias alentadoras,
de que te pondrás bien, de que te recuperarás,
aún tan pequeño, apenas con un mes, y
ya tienes tu identidad, ya te haces sentir,
tanto en tu hogar como en el corazón de tus abuelos.
Cielo mío, vidita mía,
le pido a Dios y a todos los Santos que puedan auxiliarme en este pedido,
para que estés bien pronto y que esa enfermedad mala,
de hombres malos y sin escrúpulos,
se vaya de ti y te quedes limpio de todo mal,
que puedas crecer y desarrollarte como tus hermanitos,
cuidados por tus padres dedicados a sus hijos por entero.
Espero en Dios, que así será.
Amén.
Sara Mateo.
15 Julio 2022 Hialeah, Miami FL