A ESTAS MISMAS HORAS DE LA NOCHE DE UN DIA COMO HOY TERMINABA MI PROFESION PERPETUA en la Iglesia de San Francisco de Asís de Cuba y Amargura, en la Habana vieja. Hoy yo soy un hombre casado, un sacerdote dispensado del celibato y de las obligaciones del ministerio sacerdotal. Muchas son las causas externas e internas que me hubieran llevado de todos modos a salir de las estructuras en las que la norma eclesiástica me encerraba, pero la prodigiosa mirada del Padre me sostuvo y me regaló la enorme dicha de esta mujer que hoy es mi esposa y junto a ella encontré, no sólo a la mujer de mi vida, sino a una verdadera y excelente hermana en el Seguir a Cristo y su Evangelio, lo cual para nosotros es hoy la forma de vida nueva que hemos fundado, llamada Ámense. El mandato único de Dios de amarse lo hemos sustantivado y da nombre a toda una institución cargada de verdad y de bien para el futuro de este mundo. leer más